En el comercio internacional, la gestión eficiente de la mercancía es un aspecto esencial que todas las compañías deben tener en cuenta. Para mejorar la rentabilidad de las operaciones, las empresas utilizan todos los recursos a su alcance que les permitan optimizar los márgenes comerciales en cada transacción.

Uno de esos recursos son los diferentes regímenes aduaneros especiales que ofrecen determinados beneficios en el almacenamiento y procesamiento de las mercancías. Dentro de esos regímenes se encuentran figuras muy interesantes como el Depósito Aduanero.

A continuación, analizamos en qué consiste y cuáles son sus principales ventajas aplicadas a la logística.

El Depósito Aduanero o DA es un tipo de régimen aduanero especial que permite el almacenamiento de mercancías no comunitarias en unas condiciones fiscalmente beneficiosas en relación con los impuestos de importación y derechos de aduana.

En la práctica se trata de un recinto autorizado para el almacenamiento de mercancías procedentes de terceros países que quedan exentas del pago de impuestos hasta que se les otorgue un destino aduanero final y que, además, permite distintas modalidades de despacho.

Físicamente, los recintos en los que se establecen los depósitos aduaneros pueden ser tanto públicos como privados ya que cualquier nave o almacén puede constituirse como DA siempre que cuente con la autorización expresa de la autoridad aduanera competente. Esta autorización implica que toda la mercancía y las operaciones que se realicen en el depósito deben quedar sometidas al control de las autoridades aduaneras.

Las principales características del DA son las siguientes:

• Es un depósito destinado a almacenar mercancías no pertenecientes a la Unión Europea.

• El tiempo de permanencia de la mercancía es ilimitado.

• El pago de los impuestos queda aplazado hasta que a la mercancía se le asigne un destino aduanero final y salga del DA.

• Permite salidas parciales de mercancías almacenadas provenientes de un mismo envío.

En un Depósito Aduanero, las mercancías pueden someterse a diversas operaciones ­como manipulación, etiquetado o fraccionamiento– sin perder el estatus aduanero especial.

Además, estas mercancías pueden ser objeto de reexportación fuera de la Unión Europea sin someterse a los impuestos y aranceles locales.

Como hemos comentado antes, los DA pueden ser tanto públicos como privados. Esta primera diferenciación nos permite establecer dos tipos de depósitos en función de su titularidad. Estas dos grandes tipologías a su vez se subdividen en otras categorías según quién ostente la responsabilidad de la mercancía almacenada.

Encontramos los siguientes tipos de Depósito Aduanero.

Titularidad Pública

Son depósitos gestionados de forma pública que están autorizados para el almacenamiento de mercancías por parte de cualquier persona física o jurídica.

Se subdividen en tres categorías:

TIPO A: La responsabilidad de la mercancía recae en el depositario, es decir, en el titular del almacén.

TIPO B: La responsabilidad recae en el depositante, es decir, el propietario de la mercancía.

TIPO F: En este tipo de depósito la responsabilidad pertenece a las autoridades aduaneras.

Titularidad Privada

En este caso, la propiedad y titularidad del depósito pertenece a una empresa o persona privada. Su uso está destinado al titular del depósito que puede almacenar su propia mercancía u otra siempre que ésta esté relacionada con la actividad económica del titular.

Al igual que los públicos, los DA privados también se subdividen en 3 categorías:

TIPO C: Tanto el depositario como el depositante son la misma persona. En esta modalidad, las mercancías depositadas se despachan por el procedimiento habitual.

TIPO D: El depositario y el depositante son el mismo, pero, en este caso, las mercancías se despachan bajo un procedimiento simplificado de domiciliación.

TIPO E: Es una modalidad muy particular ya que su finalidad es ser utilizado para una operación específica y está autorizado únicamente para un uso concreto. No es un depósito que pueda ser utilizado de la forma habitual, sino que su existencia y autorización por parte de Aduanas se limita exclusivamente a una determinada operación.

La finalidad del Depósito Aduanero es contribuir en las operaciones de comercio internacional, tanto a nivel del flujo de las mercancías como a nivel financiero de las operaciones.

Pero, además, cabe destacar otras ventajas significativas que proporciona este tipo de figura aduanera para los operadores económicos:

• Gestión de los costes: El ingreso de mercancías en un DA permite a las compañías diferir el pago de los impuestos de aduanas y otros tributos hasta el momento en que se le otorgue un destino aduanero final. Esto permite a las empresas hacer un uso programado de sus recursos financieros en función de sus intereses o necesidades.

• Control de stock: La existencia de este tipo de depósitos posibilita un mejor manejo del stock de los productos ya que los bienes depositados en este almacén pueden permanecer en ellos de forma indefinida. La permanencia, unido al aplazamiento del pago, facilita el tener un stock permanente de mercancía evitando roturas o desabastecimiento.

• Mejora en los tiempos de entrega: Dado que este tipo de depósito permite la salida escalonada de las mercancías los servicios de logística y distribución se ven beneficiados ya que sólo deben atender las salidas de productos en función de la demanda. La disponibilidad de mercancía en el depósito permite mejorar los tiempos de entrega despachando únicamente aquellos productos que ya se han vendido mientras que el resto permanecen al amparo de esta figura aduanera.

• Ahorro en costes: teniendo en cuenta que las mercancías depositadas en un DA quedan exentas del pago de impuestos y aranceles, en el caso de productos cuyo destino final sea la exportación a un país extracomunitario, esta operación se puede realizar directamente desde el propio DA sin tener que pagar IVA o derechos de aduana.

Además de los DA existen otros tipos de figuras aduaneras para las mercancías como es el caso del Almacén de Depósito Temporal o ADT.

Pese a que ambos están destinados al depósito de bienes aplazando el pago de impuestos hasta que se les asigne un destino aduanero, su función y finalidad son distintas.

La primera gran diferencia que encontramos entre ambos es el tiempo de permanencia de las mercancías. Mientras que en un DA el tiempo es ilimitado, en el ADT la permanencia de un producto tiene una limitación que en ningún caso puede exceder los 90 días. Es decir, que 90 días es el plazo máximo del que dispone un operador para otorgar a la mercancía un destino aduanero final.

La segunda gran diferencia hace referencia a la gestión del depósito. Mientras que en un ADT la figura responsable de su gestión es un Operador Logístico Aduanero, en el caso de los DA ya hemos visto que esta función la pueden desempeñar diferentes actores tanto públicos como privados.

Y aunque ambos tipos de depósito son diferentes, los operadores económicos pueden beneficiarse de la existencia de los dos. Una operación muy común es el traslado de una mercancía desde un ADT a un DA, con el fin de ampliar el plazo de permanencia al amparo de un régimen aduanero especial si finalmente la empresa aún no ha decido el destino de los bienes importados.

Otra figura especial destinada al almacenamiento de mercancías es el llamado Depósito Distinto del Aduanero o DDA.  

La principal diferencia entre ambas modalidades de depósito radica en el control de la mercancía. Como ya hemos comentado, en el DA tanto la mercancía como las operaciones que se realicen en su interior deben estar sometidas al control de las autoridades aduaneras. Por el contrario, en el DDA las mercancías no están sujetas al control de la autoridad aduanera en el sentido tradicional.

La particularidad del DDA es que se trata de almacenes o depósitos que no cuentan con la autorización por parte de las autoridades como depósitos aduaneros y, por lo tanto, no es necesario cumplir con los procedimientos aduaneros habituales.

En su interior se pueden realizar todo tipo de actividades –como manipulación, procesamiento, venta, etc.– sin estar sujetas los controles y restricciones aduaneras que se aplicarían en un DA.

Pero, a pesar de no estar directamente sometidos al control aduanero, los DDA también juegan un papel muy importante en las operaciones de comercio internacionales.

En conclusión, las distintas modalidades de depósito o almacén de aduanas son figuras que favorecen de una u otra manera las operaciones comerciales internacionales y el flujo de las mercancías. Conocer las particularidades de cada uno y las ventajas que proporcionan es de gran utilidad a las compañías.

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