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¿Cómo se calculan los impuestos y aranceles en España?

¿Cómo se calculan los impuestos y aranceles en España?

Una guía para entender en qué consiste el cálculo de la deuda aduanera y tributaria para gestionar su impacto en los costes de importación

En las operaciones de importación, durante su paso por aduanas, todos los envíos deben hacer frente a la liquidación de impuestos y aranceles antes de su entrada en el país de destino.

Estas obligaciones, conocidas como deuda aduanera y deuda tributaria, acabarán impactando directamente en el coste final del producto importado. Pero su cuantía no es fija, ya que depende de diversos factores, como el tipo de mercancía, su valor, su procedencia y la normativa aplicable.

Entender qué aspectos intervienen en la deuda aduanera y cuáles en la deuda tributaria es importante para calcular correctamente los costes asociados a las importaciones. A continuación, desglosaremos en qué consiste cada una de ellas y cómo se determina su importe.

Los aranceles aduaneros: ¿qué son y para qué sirven?

Los aranceles son una clase de tributos que las aduanas aplican a los bienes y servicios que entran o salen de un país.

Cumplen con una doble misión. Por un lado, tienen un fin recaudatorio y contribuyen a incrementar los ingresos del Estado. Y por otro, y como principal función, están destinados a ejercer un control sobre la entrada o la salida de las mercancías, incentivando o desincentivando las importaciones o exportaciones.

Existen aranceles tanto a la importación como a la exportación, aunque, lo cierto, es que estos últimos son mucho más escasos. Normalmente los aranceles a la exportación se utilizan para tratar de frenar la salida de determinados productos, generalmente primarios, pero su uso no es habitual.

Por lo tanto, los aranceles más extendidos y generalizados son los aranceles a la importación. La finalidad fundamental de estos aranceles es proteger el mercado nacional, gravando la entrada de mercancías de países extranjeros. De este modo se intenta proteger la producción, la industria y el empleo del interior de un país. De hecho, a la imposición de aranceles a la importación se le denomina “barreras arancelarias”. Además de las barreras arancelarias, los países también pueden aplicar otra serie de medidas no arancelarias para dificultar la importación de algunos productos, como requisitos técnicos, legales, de seguridad, de calidad, etc…

Pero, aplicar aranceles de forma generalizada a todos los productos, también supone un riesgo para los intereses del propio país. Generalmente la imposición de aranceles a productos extranjeros genera reciprocidad y, por lo tanto, va a provocar un freno del comercio exterior, que puede derivar incluso en guerras arancelarias.

Además de para ejercer un control, los aranceles también se utilizan habitualmente como barreras antidumping. El objetivo es impedir que las empresas extranjeras apliquen a los productos que exporten precios inferiores a los que aplican en su propio país, con el objetivo de copar el mercado a nivel global. Gravando en aduanas los “infra-precios” de productos extranjeros, se genera un control sobre el precio final, favoreciendo la competencia de los productos nacionales.

En España, al ser miembros de la Unión Europea, aplicamos la política arancelaria común. Por tanto, los aranceles vienen determinados por la Autoridad Aduanera de la Unión y son los mismos para todos los Estados miembros. Además, sólo son aplicables para aquellas mercancías que procedan de países no comunitarios, favoreciendo el comercio interior de la UE.

Tipos de aranceles a la importación

Existen cuatro modalidades diferentes de aranceles a la importación:

Ad valorem: Son los más habituales. Consisten en aplicar un porcentaje fijo sobre el valor en aduana de una mercancía. Por ejemplo, un 3% sobre el valor en aduana.

Específicos: Son los que se aplican en relación con la cantidad de producto que se importa, tomando como base algunas variables como el peso neto, el volumen, el número de unidades… Por ejemplo, 5€ por cada tonelada de producto o 2€ por unidad importada, etc.

Mixtos: Este tipo de arancel combina las dos modalidades anteriores: ad valorem y específico. En este arancel se suman los valores de cada uno de los anteriores de forma individual. Por ejemplo, se aplica el 3% del valor en aduana del producto más 5€ por cada tonelada importada.

Compuestos: Toma como punto de referencia el tipo de arancel ad valorem pero establece un tope inferior y un tope superior a través de unos derechos mínimos y máximos previamente fijados. Es decir, en el caso de que el resultado de la aplicación del arancel ad valorem sea menor que el límite inferior fijado por la autoridad aduanera, se aplicará obligatoriamente el arancel mínimo establecido. Y en el caso de que el ad valoren resulte superior al límite máximo, en lugar de liquidar el importe del ad valorem, se aplicará el arancel máximo establecido.

Los aranceles son herramientas financieras que utilizan los estados para controlar la entrada y salida de mercancías

Los aranceles son herramientas financieras que utilizan los estados para controlar la entrada y salida de mercancías

¿Cómo se calcula la deuda aduanera de un producto?

Para poder realizar el cálculo de la deuda aduanera de una mercancía, hay que tener en cuenta una serie de elementos que van a intervenir para la realización de ese cálculo.

En primer lugar, hay que atender al valor en aduana de un producto. Este va a ser el elemento principal porque va a constituir la base imponible de la deuda aduanera.

Aunque la Organización Mundial del Comercio reconoce diferentes métodos para calcular el valor en aduana de una importación, el más común y el más extendido es el conocido como “valor de transacción”.

El valor de transacción se establece teniendo en cuenta el precio que el comprador ha pagado por la mercancía, a lo que hay que añadir el coste del transporte, más el coste del seguro. En definitiva, es como si a la operación se aplicase el Incoterm CIF (Coste, seguro y flete).

En segundo lugar, hay que identificar el arancel aplicable a esa mercancía. Este arancel va a determinar el tipo impositivo a aplicar sobre el valor en aduana de la mercancía.

Para saber cuál es el tipo impositivo específico, se utiliza como referencia para identificar la mercancía, la clasificación que figura en el Sistema Armonizado (HS) establecido por la Organización Mundial de Aduanas (OMA).

Basándose en ese sistema, en la Unión Europea, en concreto, utilizamos el Código TARIC, que recoge todos los derechos aduaneros y otras normas de política comercial y agrícola que se aplican a las mercancías. El sistema TARIC indica específicamente el arancel que se aplica a cada una de las mercancías.

Por otro lado, también es importante tener en cuenta cuál es el país de origen de la mercancía porque puede influir en el arancel a aplicar. Dado que la Unión Europea tiene firmados Acuerdos Comerciales Preferenciales con numerosos países extranjeros, es importante verificar si las mercancías importadas pueden beneficiarse de aranceles reducidos, incluso nulos, gracias a alguno de esos acuerdos.

Y, por último, hay que tener en cuenta que algunos productos determinados pueden estar afectados por alguna normativa específica adicional que pueda afectar cálculo de la deuda aduanera.

Por lo tanto, para hacer el cálculo de la deuda aduanera de una mercancía hay que tener en cuenta:

1. El valor en aduana (precio + transporte + seguro).

2. Aplicar al valor en aduana el arancel correspondiente según el código TARIC.

3. Añadir cualquier gasto asociado que se deba declarar a través del DUA de importación.

Impuestos en aduana. La deuda tributaria

Además de la deuda aduanera, cuando las mercancías son importadas también deben satisfacer los impuestos aplicables para su despacho a libre práctica.

En la Unión Europea, el impuesto que se aplica es el IVA y este varía en función de cada país. En España contamos con 3 tipos de IVA, el normal del 21%, el reducido del 10% y el súper reducido del 4%. La aplicación de uno u otro depende del tipo de mercancía en concreto de que se trate.

Además del IVA, en nuestro país también contamos con otros impuestos específicos que sustituyen al IVA en algunos territorios debido a su situación excepcional. Hablamos de impuestos como el IGIC, que se aplica en Canarias, o el IPSI, en Ceuta y Melilla.

La deuda tributaria siempre se calcula en último lugar, ya que tiene en cuenta tanto el valor en aduana (CIF) como el arancel aplicable y otros gastos asociados. Es decir, que los impuestos se van a aplicar tomando como base impositiva el resultado de la deuda aduanera.

Las suspensiones arancelarias, un recurso para mejorar la competitividad

Con el fin de favorecer la competitividad y el desarrollo de sectores estratégicos para la UE, las autoridades aduaneras establecen en ocasiones suspensiones arancelarias para determinados productos.

Estas suspensiones se utilizan como instrumentos de política comercial que permiten reducir o eliminar los aranceles a determinadas materias. Generalmente se establecen para suministros o materias primas que, o bien no se obtienen o se fabrican en Europa; o no se producen en cantidades suficientes. Pero nunca se aplican a productos acabados destinados a un consumidor final.

El objetivo de estas suspensiones es mejorar la competitividad de las empresas europeas permitiéndoles el acceso a los mercados globales de determinados suministros, beneficiándose de derechos arancelarios nulos o reducidos.

Estas suspensiones tienen un carácter temporal y se conceden por un tiempo que puede ir desde los 6 meses a un año, aunque pueden ser renovadas.

Las suspensiones pueden ser de dos tipos: suspensiones genéricas que son aplicables a determinadas materias independientemente del país del que procedan y de las cantidades que se importen; y otras, contractuales, que sólo son aplicables a aquellas que tengan un país de origen determinado.

También es posible que las suspensiones arancelarias sólo sean de aplicación dependiendo del uso o destino especial que se vaya a dar a las mercancías importadas. Por ejemplo, en el caso de importar baterías de litio, pueden gozar de una suspensión arancelaria si estas baterías se van a destinar a la fabricación de bicicletas eléctricas, pero no gozar de ningún beneficio arancelario si se importan para otros fines.

Por lo tanto, las suspensiones arancelarias son otro mecanismo de utilidad para controlar el mercado interior. En este caso, la eliminación de los aranceles sirve para favorecer el acceso a determinados materiales que son necesarios para el desarrollo económico pero que escasean en el interior de la UE.

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